¿Te acuerdas de mí? Soy el enano
¿Te acuerdas de mí? Soy el enano
¿Te acuerdas de mí? Soy el enano.
Lo que se me hace «enano» es el corazón cada vez que te llamo así y en vez de mirar hacia abajo tengo que mirar diez o veinte centímetros por encima de mi cabeza.
El tiempo pasa y es un recordatorio constante de que nuestro paso por la vida es así también, pasajero.
Muy pronto descubrirás tus alas y querrás volar tu propio cielo, descubrir cosas por ti mismo y crear tus propias experiencias.
Yo sólo quiero, antes de que ese momento llegue, decirte un montón de cosas, que no quiero que tomes como consejos u órdenes sino como lecciones que yo misma tardé mucho tiempo en entender.
La vida no es dura, jodida; no hay que luchar para conseguir nada. La vida no es hermosa, no vale la pena vivirla, no está hecha de sacrificios y no hay que perseguir tus sueños.
La vida es y será lo que tú quieras que sea.
Si tienes sueños, abre tu mente y tu corazón para que puedas poner atención a cada instante y ver las oportunidades, personas y situaciones adecuadas cuando se presenten y, entonces, no luches por tus sueños, no persigas tus sueños, ¡consíguelos!
Vive, sueña, haz lo que quieras, siempre basándote en el amor y el respeto hacia todo y hacia todos; sobre todo hacia ti mismo.
No permitas que te hieran en ninguna forma.
Las personas son como son y tú no eres responsable de ninguna de ellas.
Ellas actuarán, pensarán y hablarán siempre desde su perspectiva y esa, puede no ser la tuya; respétalas y retírate.
Respetar no es sinónimo de aceptar.
Ponte a ti por encima de los demás, eso no es egoísmo, es realidad.
La persona más importante para ti siempre serás tú.
Rodéate de personas afines a tus valores, principios y creencias, pero que tus valores, principios y creencias sean realmente tuyas.
No busques encajar en ningún grupo; tú ya perteneces sólo necesitas estar seguro de lo que eres, quieres, haces y tienes; y entonces, atraerás a ese mismo grupo de personas que te servirán de guía, compañía e impulso para lograr tus sueños.
Que nadie te diga que no. Que no puedes, que no eres capaz, que no lo vas a lograr, que de eso no se vive… porque es mentira.
La verdad es que puedes, eres capaz y lo vas a lograr, siempre y cuando tú lo quieras.
No busques la aprobación de nadie, no intentes que los demás se sientan orgullosos de ti. Vete en el espejo todos los días y siéntete orgullos de ti mismo, porque lo vales y lo mereces.
No soy ni quiero ser tu mejor amiga, soy tu mamá.
Los amigos van y vienen, porque las circunstancias, situaciones, prioridades van cambiando; sin embargo, tu mamá siempre será tu mamá.
Es el amor incondicional personificado, no importa si anda con sus cosas «chinas», si tú eres ateo, católico; no importará lo que seas, pienses, digas o hagas, siempre estaré aquí.
Podré enojarme (porque soy humana) por no estar de acuerdo contigo, podré ponerme triste si algo me lastima, podré regañarte exageradamente, a veces; pero siempre te amaré y estaré para ti.
Quiero ser esa persona en la que piense cuando te surja: «esto tengo que contárselo a…»; da igual si es una tristeza, una decepción, una alegría, un fracaso, un logro, un éxito.
Elige tu carrera / profesión desde tu corazón, no por lo que puedas ganar o por complacer a alguien más.
Busca esa pasión que sabes que te hará saltar de la cama cada día por la emoción de hacer lo que amas; si es así, siempre conseguirás abundancia económica en ello.
Encontrarás a tu alma gemela y deberás elegirla todos los días de tu vida y siempre por encima de todos, pero nunca por encima de ti.
Sé siempre honesto, es preferible que ciertas personas se alejen de ti por decir la verdad que se queden contigo porque eres una hermosa mentira.
Recuerda que lo importante no es lo que dices sino cómo lo dices; si lo haces desde el amor y el respeto; y siendo totalmente honesto, harás que las personas adecuadas te quieran en su vida para vivir una feliz realidad.
Aprende a ver a las personas como seres humanos, no como un género (mujer, hombre o quimera) y trátalas a todas con amor y respeto; te lo vuelvo a decir, respetar no es aceptar, pero no juzgues ni critiques a nadie, cada quien tiene sus propios ángeles y demonios (como tú) y está lidiando con ellos.
Sé siempre agradecido, por lo bueno, lo malo, lo maravilloso, lo que llega y lo que se va.
Vive en el presente siempre, valora todo, absolutamente todo; el cielo azul, el aroma de las flores, el canto de los pájaros, el vuelo del colibrí; cada pequeño detalle, eso te hará sentir vivo y parte importante de todo.
Sonríe siempre y ten una actitud positiva, pero no pierdas el piso.
Se vale enojarse, se vale reír a carcajadas, se vale llorar; permite salir cada una de tus emociones, pero después sacúdete y sigue.
Olvídate de las etiquetas y los estereotipos.
Los hombres sí lloran, las mujeres no son histéricas, raras o «andan en sus días», los hombres no son mujeriegos.
Todos somos seres humanos y únicos pero no por un género, gusto o preferencia.
Y, predicando con el ejemplo, te diré que me duele el corazón pensando en que cada vez está más cercano el momento en que emprendas tu vuelo, pero por mi propia experiencia, deseo que vueles alto y lejos.
Amo nuestros momentos de charlas donde me cuentas y te cuento, donde compartimos ideas y sueños; y sé que no los extrañaré porque tendremos esos momentos aunque ya no vivamos juntos.
Sólo me queda decirte que te amo profunda e incondicionalmente, que siempre estaré ahí para lo que tú quieras y aunque no lo quieras.
Estoy muy orgullosa del maravilloso y único ser humano que eres y sé que cumplirás tus sueños porque quieres, porque puedes y porque te sale de los huevos.
Gracias por elegirme y por permitirme formar parte de tu vida y compartir la mía con un ser tan especial que me enseñó el verdadero amor con sólo una mirada de esos hermosos ojos.
Te amo,
Mamá
Por hoy es todo, pero ya sabes que cualquier cosa,
estaré encantada de leerte en los comentarios y por correo (platicamosrocio@gmail.com).
Gracias por leerme y
si te apetece, comparte y soñemos juntas.
No seas diferente,
¡Sé única!
¡Besiños infinitos!