¡Perdónate! Date el permiso de sentir…
¡Perdónate! Date el permiso de sentir…
El enojo, la ira, el rencor, el odio, la frustración, el miedo…salgan. Por favor, perdónate y date el permiso de sentir.
¿Cuál es la diferencia?
Hay días en que no se nota la diferencia, simplemente te sientes enojada con todo el mundo y con todo lo que te rodea.
Y lo que menos necesitas es gente positiva en tu vida diciéndote que todo pasará, que todo saldrá bien.
Mientras te repites eso, te encuentras aborreciendo a tu esposo porque ahora sus ronquidos te molestan; detestando la palabra «mamá» porque tus hijos no dejan de repetirla y gritarla como si fuera un mantra de liberación para ellos y para ti una vuelta a la esclavitud.
Estamos viviendo un momento único y extraordinario y todo el mundo habla de aprovechar este tiempo para convertirte en mejor persona. Que es el momento de reconectar contigo, de leer libros, de convertirte en una mejor persona.
Y tú sólo piensas en que necesitas dos días de vacaciones, dos días nada más, de absoluta desconexión; no en cuarentena, sino de vacaciones reales. Las que no tienen que ver con playa o nieves, sino con descanso total.
De esas que te alejan de todo y de todos, donde parece que el tiempo se detiene, que las personas desaparecen y sólo estás tú contigo y puedes dar rienda suelta a tus sueños e ideas sin que te ataquen esos comentarios de que no es posible, de que no debes, de que tienes muchas cosas que hacer.
Tantas cosas por hacer…
Tantas cosas por hacer: lavar ropa, cocinar, barrer, trapear, planchar, ser mamá, ser esposa, hacer camas y cumplir con todo lo que debes; además de todo lo que se sumó con este encierro voluntario.
Y tú sólo quieres estar lejos, sola, dormir por días seguidos sin tener que despertarte corriendo para cumplir con alguna obligación.
Entonces, ¿cuál es la diferencia?
Ninguna y todas.
Todo eso que se siente es real, normal y natural.
Vive esas emociones, siéntelas; date el permiso y la libertad de sentir lo que sea que estés sintiendo.
No tienes que ser ni que hacer nada que no sientas de verdad.
Todo lo que no sacas, se queda atorado en ti por largo tiempo y después es más difícil sanar todo junto.
Se vale estar cansada, estar harta.
Lo que no se vale es que te castigues por ello.
¡Por favor, perdónate! Date el permiso de sentir
Por sentir lo que sea que estés sintiendo.
¡Por favor, perdónate! Date el permiso de sentir. Date el permiso de dormir dos días seguidos, desconecta del mundo y no necesitarás frases motivadoras ni positivas; tú sola regresarás fortalecida y lista para lo que sigue…
Por hoy es todo, pero ya sabes que cualquier cosa,
estaré encantada de leerte en los comentarios y por correo (platicamosrocio@gmail.com).
Gracias por leerme y
si te apetece, comparte y soñemos juntas.
No seas diferente,
¡Sé única!
¡Besiños infinitos!