En su soledad…
En su soledad…
En su soledad,
se sentaba por horas a observar su vida pasar.
Escribía y escribía porque las palabras eran su manera de sacar todo lo que su alma guardaba.
De vez en cuando, volteaba hacia atrás y temblaba pensando en los sueños sin cumplir,
las alas de la libertad cortadas y las ilusiones rotas.
Se había convertido en una sombra de la mujer que siempre había soñado con ser.
El horizonte que veía en su futuro, se había quedado en el olvido.
Sus alas rotas le impedía levantar el vuelo,
volar alto y lejos ya no lo veía como opción,
porque además, quizás ya no era el momento;
ni de volver a empezar
ni de quejarse siquiera.
Ya no sabía si era miedo o conformidad,
pero simplemente estaba cansada.
Su corazón ya no late con la ilusión
de ser feliz.
De hecho, ya no sabe si todavía late.
La soledad en compañía suele ser muy dolorosa y
suele matar el alma poco a poco.
Cuando recuerda cada uno de los momentos vividos,
sabe que no tiene derecho a arrepentirse
porque al final, todas y cada una de sus decisiones
fueron su responsabilidad.
Nadie era culpable de todo lo vivido,
de hecho, no tendría porque ver culpabilidad,
ni suya, ni del resto.
El mundo había girado y ella solo había decidido en
qué dirección girar.
No queda espacio en su mente ya,
para el arrepentimiento.
Ahora solo pensaba en encontrar un sentido a su vida,
no sabe si le queda mucha o poca,
solo sabe que quiere vivirla.
No sabe cómo, ni por qué;
pero está convencida de que ha llegado el momento
de vivirla de verdad,
no solo de verla pasar.
Por hoy es todo, pero ya sabes que cualquier cosa,
estaré encantada de leerte en los comentarios y por correo (platicamosrocio@gmail.com).
Si te apetece, comparte y soñemos juntas.